Al siguiente día al despertar, me pongo en contacto con mi fuente en teléfonos de mi país.
Fuente: -¿Qué pasó?? Hace mucho tiempo que no me llamas ni nada ¿Cómo has estado?
Yo: -Bien gracias! ya sabes como es esto del trabajo, te quita todo el tiempo, oye compadre necesito un favor, ayer me llamaron a las 12:34 de la mañana, mi identificador no me puso el número, fue una persona sospechosa que me dijo algo muy raro, ¿cree que pueda ayudarme con eso?
Fuente: -Pero claro que si compadre! Déjeme checar sólo tomará un segundo...
Mi compadre lo conocí un día mientras necesitaba llamar urgentemente, ¿que coincidencia no? Encontrar al tipo indicado en el lugar adecuado, no muchas veces sucede y a mi me pasa a cada rato pero al contrario jajaja, lo importante es que descubrió que la llamada provenía de un lugar recóndito en Canadá y después de todos estos años de ahorro, tengo dinero de sobra para hacer mis propias investigaciones, así que tomé el primer vuelo que saliera para allá.
Al llegar al lugar más helado de la Tierra (de todos los lugares en donde había estado) busque la dirección que había conseguido mi compadre, mientras me acordaba de los regalos que no le envié a su hijo, en fin, llegue al lugar y toque la puerta.
Al abrirse la puerta aparece una señora de los más extraña, los cabellos de punta, los ojos no veían hacia mi ni hacia un solo lugar para ser sincero, tan delgada como una anoréxica preocupándose por su vida y para colmo lentes que agrandaban esos ojos y lo más gracioso es que estaba sujetando una prieto de 45 mm y me dijo pase muy amablemente.
La vida y experiencias de un detective...
domingo, 13 de enero de 2008
La sabia anciana...
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